sábado, 11 de septiembre de 2010

¡Sigo viva!

Así es: sigo viva aunque lleve varios días sin escribir. La verdad es que sigo teniendo una vida bastante ajetreada.

El Learning Agreement sigue en proceso. Ya estoy más cerca de dejar este asunto también zanjado. Hay que enviar correos a mil profesor porque su asignatura se da en finés y necesitas que te digan que material utilizar para hacer el examen en inglés. La verdad es que por lo menos son simpáticos y te dan la oportunidad de cursar su asignatura. Me gusta.

Antes de ayer me pasé por el gimnasio de la universidad. En Joensuu existen dos gimnasios: el de la universidad y otro. El último es de pago y al parecer está bastante bien, yo no lo he visto; también tiene piscina cubierta. El de la universidad es gratuito, al menos para los estudiantes, y es pequeño y un poco viejo; nuestra tutora-estudiante decía que no solía ir mucha gente a él, lo que mi experiencia me dice es que para lo pequeño que es había suficiente gente. Seríamos 7 personas en total en el gimnasio y a mi no me toco esperar por ninguna máquina. Tuve suerte. Algunas máquinas no funcionan, hay mancuernas, pesas... Para mí, que nunca había estado haciendo ejercicio en un gimnasio, está bastante bien.

Hemos tenido sol y buenas temperaturas los últimos días y la verdad es que se han agradecido mucho. Ayer mismo fui con un amigo a un mercadillo que solamente está puesto dos veces al año, cada vez dos días. Estaba bien. Tenía sobre todo ropa de abrigo, gorros, zapatillas de andar por casa, utensilios para perros, música... Era un poco raro porque la verdad es que son bastante silenciosos y no tenían música sonando ni a los típicos tenderos gritando sus productos, pero estuvo bien. También tenían productos de comida: miel, chucherías gigantes, bollería típica finlandesa y... SALMÓN preparado para comer allí directamente! Como si de las típicas patatas fritas, bocadillos, panceta... que se venden en las ferias aquí tenía un puesto con salmón, guarniciones y pescaito frito. El salmón estaba buenísimo. Cogimos la mitad de un lomo y la verdad que creo que es el mejor salmón que he comido en mi vida. También probamos un postre típico de aquí: era un lazo semiduro-semiblando con una especia extraña que no pude descifrar. No estaba malo pero era para mojarlo en leche!

Fuimos también a hacer otra pequeña ruta turística. Pasamos el puente corto y fuimos a la estación de trenes para enterarnos de cómo va lo de los descuentos. Conclusión final: pagar 8€ más para que puedan hacerte un carnet para poder hacerte el descuento. Pase lo que pase siempre tenemos que pagar más. Ya nos resulta cómico.

Como aquí la universidad es gratuita, los estudiantes pagan 104€ por hacerse miembros de una asociación de estudiantes, 16.50€ por sacarse el carnet de estudiante y luego "pequeñas tasas" por material. Claro, los estudiantes Erasmus tenemos que pagar las tarifas y la matricula de España y las tasas y demás de aquí.

Aquí el otoño ha entrado con fuerza. Las hojas de los árboles empiezan a amarillear y caer.

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